Anécdota del Mes


A urgencias llegó un pequeño de 9 años con mucho dolor abdominal, la pancita muy inflada, náuseas, vómitos, diarrea y fiebre, al tocar la pancita se palpaba una masa de aproximadamente 10 cm de diámetro que se encontraba en la parte baja del abdomen, muy dura, parecía que se trataba de popó atorada, pero no cuadraba con la diarrea que comentaban los papás, por lo que decidimos realizar una radiografía en la que se evidenció que efectivamente se trataba de popó compacta que no podía salir, y que eso le obstruía el tránsito intestinal y ocasionaba todos los síntomas (foto abajo).

Ante estos hallazgos quedaba claro que esa retención de popó era algo que tenía mucho tiempo desde que empezó, y entonces los papás comentaron que por el contrario, el pequeño no tenía estreñimiento, sino al revés, ¡Tenía incontinencia! y que se le ganaba en la ropa interior de la popó aguada o pastosa todos los días en cantidades variables, incluso estaba en tratamiento con psicología porque pensaban que ahí estaba el problema. Pero entonces, ¿porqué si había incontinencia de heces blandas todos los días se formó esa gran masa de popó que obstruía? 

Es que existe algo que se llama INCONTINENCIA FECAL RETENTIVA y sucede porque el niño tiene estreñimiento crónico, al estar obstruído con popó dura el intestino grueso de forma prolongada, la popó más reciente que va saliendo del intestino delgado y es líquida, con tal de no atorarse, discurre entre la popó vieja y dura y mancha la ropa interior sin que el niño o niña lo sienta, a veces ya ni siquiera perciben el olor por lo frecuente que esto les ocurre. Y a diferencia de otros tipos de incontinencia fecal, esta se trata con laxantes (ablandadores de las heces), que evitarán que se junte la popó en el intestino y el tránsito colónico sea adecuado.

En este caso tuvimos que realizar en el hospital una desimpactación (deshacer la bola de popó con medicamentos) y una vez que logró salir todo, empezó con un tratamiento de mantenimiento en casa con ablandadores de las heces diariamente. Para sorpresa de los papás, después de esa hospitalización y del inicio del tratamiento el pequeño ya no volvió a tener ningún accidente de popó en ningún momento, y no ha vuelto a tener ninguna "bolita" de popó que lo lleve al hospital.

Moraleja: a veces la constipación crónica puede expresarse como incontinencia fecal y manchado de la ropa interior de popó, y siempre requerirá valoración especializada y tratamiento médico.