Día Mundial de los Defectos Congénitos

03.03.2023

Cada año, 8 millones de niños nacen alrededor del mundo con un defecto congénito grave. En América Latina y el Caribe, esas anomalías representan la segunda causa de muerte neonatal e infantil después de la prematuridad, y, aquellos bebés que sobreviven, en muchos casos, vivirán con una discapacidad toda su vida.

Las anomalías congénitas pueden tener un origen genético, infeccioso o ambiental, aunque en una importante proporción la causa resulta difícil identificar. Las más frecuentes son las malformaciones cardíacas, los defectos del tubo neural y el síndrome de Down.

En el marco del Día Mundial de los Defectos de Nacimiento, que tiene lugar cada 3 de marzo desde 2015, la OPS recomienda a los países desarrollar programas de vigilancia y seguimiento de estas anomalías, así como garantizar el tratamiento oportuno, incluyendo la cirugía, los medicamentos y la nutrición necesarias para maximizar los resultados de salud y el bienestar de los recién nacidos con alguna de estas condiciones.

Las malformaciones congénitas se clasifican en:

  • Anomalías congénitas estructurales: son las que modifican la forma, es decir, que alteran algún tejido, órgano o conjunto de órganos del cuerpo, entre ellas destaca la hidrocefalia, espina bífida, fisura de labio y/o paladar hendido y cardiopatía congénita.
  • Anomalías congénitas funcionales: son las que interrumpen procesos biológicos (funciones fisiológicas) sin implicar un cambio de la forma. Pueden ser alteraciones metabólicas, hematológicas, del sistema inmune, por mencionar algunas. Estas son hipotiroidismo congénito, discapacidad intelectual, tono muscular disminuido, ceguera, sordera o convulsiones de inicio neonatal.

En México, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud, a través de la Dirección General de Epidemiología (DGE), entre 2008 y 2019, el país registró 24 mil 672 casos de defectos del tubo neural y craneofaciales, con una incidencia de 136.53 casos por cada 100 mil nacimientos.

Además, de 2008 a 2017 se registraron 92 mil 877 defunciones por algún defecto congénito, siendo el más común las malformaciones cardiacas con 29 mil 803 fallecimientos.

La prevención antes y durante el embarazo

Si bien no todos los defectos congénitos se pueden prevenir, existen medidas que las familias pueden tomar antes y durante el embarazo para reducir el riesgo de que el bebé nazca con defectos congénitos.

Entre estas medidas figuran los cuidados prenatales adecuados, la ingesta suficiente de ácido fólico y yodo, restringir el consumo de alcohol, controlar la diabetes preconcepcional y gestacional, evitar exponerse a sustancias peligrosas, como los metales pesados y los plaguicidas, y completar su esquema de vacunación. También es necesaria una adecuada formación del personal de salud en la prevención de estas anomalías.